Por ser una de las ciudades con mayor patrimonio verde, por sus singulares espacios naturales, por sus extensos entornos peatonales, por su gastronomía y su comercio de proximidad y, sobre todo, por su compromiso con el medioambiente, Madrid se sitúa en primera línea del turismo sostenible. Hoy se puede visitar la capital de España dejando una huella positiva y también divertida.Para empezar esta ruta ecologista hay que tener en cuenta que los mayores tesoros de esta urbe se encuentran caminando: pasear a la luz de Madrid es una experiencia única para la que se dispone de numerosas zonas peatonales y de amplias aceras como las de la Gran Vía o la Calle de Alcalá. Fue pensada para las personas, y una manera de comprobarlo es en la icónica Plaza de España desde la que, y tras su remodelación, es posible llegar caminando a lugares emblemáticos como el Palacio Real o el Tempo de Debod. También la Puerta del Sol, que ha sido totalmente reformada para su completa peatonalización. Junto a la luz, otro de los grandes lujos de pasear es hacerlo bajo la sombra y respirando el oxígeno de sus árboles. Más del 55 % de las calles están arboladas con casi 300.000 ejemplares que contribuyen a mejorar la calidad del aire y la convierten en la segunda ciudad del mundo con más árboles en línea, solo superada por Tokio. Fruto de este esfuerzo por la conservación del arbolado y las zonas verdes, ha sido la distinción como “Ciudad arbórea del mundo” (Tree Cities of the World), otorgada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Fundación Arbor Day (Día del Árbol).